Crece el disgusto por la Nota de la Permanente

Sacerdotes y laicos muestran su tristeza por un texto que consideran partidista

(J. Lorenzo) Con un sentimiento de tristeza, pero sin perder la esperanza”, un grupo de sacerdotes de la diócesis de Tui-Vigo acaban de hacer entrega a su obispo de un texto en el que lamentan el contenido de la Nota de la Comisión Permanente ante las elecciones del próximo 9 de marzo.

Se trata de un documento donde desgranan sus impresiones sobre un texto episcopal en el que no encuentran “esa preocupación y compromiso de querer, como Iglesia, ser esperanza y gozo para cuantos en nuestro país se ven abocados a vivir en la pobreza, en la precariedad laboral, en la pluralidad de formas y modos de vida diferentes”.

Desde la eclesiología de comunión emanada del Vaticano II, estos sacerdotes reconocen que les gustaría que sus pastores “fuesen mucho más sensibles a situaciones, muchas veces llenas de angustia y desesperación, de muchos de nuestros conciudadanos, creyentes o no, y se les pudiese dar una palabra de ánimo y aliento”, a la vez que urgiesen a los gobernantes a no olvidarse “de los enfermos de sida, de las muchas, cada vez más, mujeres maltratadas (…), de los jóvenes que ven la imposibilidad de comenzar una nueva vida por falta de medios y oportunidades, de nuestros mayores, de las gentes del mar, de los trabajadores precarios, de los presos, los sin papeles”… También se acuerdan de aquellos que quieren ser padres y piden sensibilidad y respeto hacia las “nuevas experiencias de convivencia familiar”.

Frente a todo esto, los firmantes del texto, fechado “a comienzos de la cuaresma”, aseguran que la Nota ofrece “una talante de confrontación con el actual gobierno” y supone “una toma de postura por otra opción política”.

Las reacciones a esta Nota han llegado también en los últimos días desde Barcelona, donde un grupo de casi medio centenar de laicos han presentado una declaración (que harán llegar a la CEE y al Vaticano) para manifestar “con contundencia, nuestro desacuerdo y disgusto”. En este texto, y movidos por “el sentimiento de comunión que da nuestra pertenencia eclesial”, los firmantes coinciden en que la Nota contribuye a identificar a la Iglesia con una opción política determinada y que se presenta como una voz que aparece “más como un elemento de confrontación que de ­reconciliación”.

‘Es humano equivocarse’

Los ecos de la Nota han llevado, asimismo, a que uno de los miembros de la Permanente, José Sánchez, haya escrito una carta pastoral en la que explica a sus diocesanos su opinión “ante el revuelo que se ha armado”, y se pregunta: “¿A quién aprovecha esta desproporcionada agitación? ¿Merecería la pena un hipotético puñado de votos al precio de tanta convulsión?”.

Sánchez, uno de los pocos prelados que ha querido ofrecer alguna aclaración, reconoce sobre la Nota “que es humano equivocarse en el contenido, en la forma, en el método y en el momento”.

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